lunes, 25 de noviembre de 2013

La Caridad más cerca en la capilla del Baratillo

El mes de noviembre, también nos deja una bella estampa en forma de besamanos. En este caso, es en el besamanos de ayer, domingo día 24, de María Santísima de la Caridad en su Soledad de la hermandad del Baratillo.

Un año más, la priostía de esta hermandad del baratillo con sede canónica en el barrio del Arenal, ha sabido sacarle partido a las escuetas dimensiones de esta capilla. Un dosel formado por el techo y la bambalina frontal del paso de palio, lucía de forma esplendida tras la Virgen.

La imagen, vestía el manto de salida bordado en los talleres del sobrino de José Caro, así como la saya bordada en los talleres de  Manuel Elena Caro, media docenas de jarras plateadas con rosas de varias clases, rodeaban a la dolorosa que sobre peana de plata resaltaba más su belleza. Con todo ello, la hermandad cumplió con sus reglas con este besamanos de su imagen titular mariana.





 












jueves, 21 de noviembre de 2013

LIX aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Amargura


Desde hoy, jueves 21 de noviembre, y hasta el próximo domingo 24 de noviembre, se encuentra en besamanos una de las imágenes de más devoción de Sevilla, María Santísima de la Amargura.

Es este, un besamanos muy esperado por fieles y devotos, y que este año, la hermandad conmemora el cincuenta y nueve aniversario de su coronación canónica de su titular. Rodeada de nardos, margaritas y claveles blancos, con el manto que bordara Juan Manuel Rodríguez Ojeda en el año 1927, aparecía la Virgen en el presbiterio de San Juan de la Palma de la calle Feria.

Candelabros del paso de misterio, un gran dosel y dos espejos colocados detrás de la Virgen, colocados uno a cada lado, permitían al visitante contemplar el imponente manto carmesí bordado en hilo de oro, formando todo ello un conjunto bello y nostálgico.



Sin lugar a dudas, serán cuatro días en que la Virgen colmará de emoción a todos los fieles y devotos que se acerquen para contemplar, de cerca, a la Virgen de la Amargura.

Amargura

"Ya se asoma la luz por los recovecos de San Juan de la Palma, destellos de unos pocos cirios, que lloran con tesón y te acompañan en el camino que baña tu pena. O tal vez, el río dorado de tu manto, que busca iluminar tu rostro moreno y rosado. Llegó el momento, y el tiempo, gozoso, se paró para recibir tu llanto. Sin aliento, al compás de tu corazón, que roto, busca el Silencio que es despreciado por algunos necios. 
Y nos muestras tu mano para recibir el consuelo eterno…

Tus manos, María, que portan el pañuelo amargo de la Fe. Ese, que todos lloramos, y en el que depositamos nuestras oraciones al visitarte; ese por el que daríamos la vida si con un solo centímetro de él nos rozases.

Allí, anclada en tus sollozos, en tu dolor fúnebre, en esa elegancia que acaricia cada encaje de tu tocado y de tu corona divina. Y hasta tus lágrimas, chiquilla, brillan como mil maravillas a la sombra de tu eterna Sevilla.

- ¿Puedo besarte, Madre?- Te pregunto, al alzar la mirada y encontrarme con tus ojos, que al coincidir con los míos, se vuelven de un mar amargo. Qué pasión, Amargura, corre por mi sangre al entreabrir mis labios para tomar aire, y en un beso de amor, fundirme en tu gloria inconsolable.

¿Cómo lo haces, mi Reina? ¿Y por qué? ¡Si nosotros somos los que deberíamos llevarnos tu pena, para que estuvieras un rato serena¡ ¿por qué te quedas tú con ella? ¿Es acaso porque de gracia en todo tu ser estás llena? Dímelo, mi princesa dorada, dime por qué prefieres llenar de luz vida, si tú bien sabes, que te daría toda mi vida, ¡para llevarme entre mis brazos tu Amargura!

Tu dolor, es el nuestro; lo sé, cuando subo a verte en este mes de noviembre en el que el frío se esfuma al postrarme ante ti, y los nervios cubren de un rojo cereza mis mejillas, mostrando mi claro rubor. ¡Si es que mi Amargura desaparece al admirar tu hermosura! ¿Qué nos haces, María?

Y me quedó ante ti, sin palabras, embriagada ante tu belleza y la grandeza de tu nombre, que no es otro que el de la Madre de Dios ¡María Santísima de la Amargura!"

Texto "Amargura": María Amor Rasero Zárraga
Fotografías: Luis Manuel Jiménez