viernes, 30 de diciembre de 2011

Señor, mi Señor.


Cuando solo faltan dos días para que de nuevo y un año más se inicie tu Quinario, he ido a verte, Señor.

De nuevo, un Viernes más, he subido los escalones que me llevan a ti, y he vuelto a besar tu desgastado talón. Me he vuelto a emocionar estando ante ti y no he podido remediar que mis lagrimas hicieran acto de presencia en mis ojos, que mi rodilla tocara el suelo mientras una vez más hiciera mis plegarias de siempre.

Me he acordado de los que están y de los que no están porque ya gozan de tu presencia, y de nuevo ese Gran Poder que ejerces sobre mi que hace que no me pueda ir de tu lado cada vez que voy a verte. En verdad era el Hijo de Dios, dijo de ti hace más de dos mil años un romano arrepentido cuando fuiste crucificado en la Cruz, y en verdad yo te digo, que tu rostro es el rostro de Dios.

Algunos de tus hijos, dicen que no pueden aguantar tu mirada, pues yo, no podría vivir sin mirarte, sin contemplarte, sin verte.

A poco menos de una semana, el día 6 de Enero, manifestarás tu Gran Poder sobre el Mundo en tu Epifanía, Señor. A partir de hay, se iniciará la cuenta atrás, porque apenas has nacido hace unos días, ya contamos los que faltan para verte de nuevo Crucificado.

1 comentario:

  1. Precioso texto, como ante El, no hay más que ver su Gran Poder y su infinita misericordóa para con todos los que aquí estamos a través de los siglos.

    ResponderEliminar